Allá por 1996 en Los Polvorines un grupo de jóvenes y familias quisieron plasmar su compromiso cristiano y misionero desarrollando diferentes actividades de trabajo comunitario. En principio, se organizaron como un voluntariado, que llegó a reunir una gran cantidad de jóvenes con ganas de hacer algo, en aquel contexto de injusticia y crisis que los cuestionaba profundamente.

Esos jóvenes eran parte de un movimiento más amplio, que tenía el deseo de incidir en diversos ámbitos de la realidad juvenil. Así, poco a poco, diferentes proyectos se fueron constituyendo en programas, con un enfoque y modalidad novedosos a partir de los cuales se acompañaban realidades diversas. La problemática juvenil nocturna se abordó con el proyecto “Algo Está Pasando”, el desafío de la inserción en capital de estudiantes migrantes de las provincias con “Tierra Adentro”, la realidad educativa de adolescentes en situación de vulnerabilidad en capital con “El Arranque”, y para la vida universitaria y la reflexión crítica de temas de actualidad y política con el proyecto “La Flecha”. También se ofrecía una propuesta de espiritualidad que enriqueciera y sostuviera tanto  trabajo con los “Encuentros con Jesús”.

El trabajo territorial y socio comunitario se abordó desde el Programa EnAcción, que se fue consolidando, enriquecido por la participación de jóvenes comprometidos y muchos vecinos y vecinas de algunos barrios en Los Polvorines. Este ámbito, de a poco y como parte de un proceso de acción-reflexión continua se transformaría en el mayor programa desplegado por Actuar Hoy hasta el presente.

Otra de las aristas que el proyecto desplegó fueron algunos emprendimientos socioproductivos para dar respuesta a la emergencia económica en el marco de la crisis que desencadenaría los conflictos del año 2001: una panadería comunitaria (Sabor de Vida), una herrería escuela, una huerta comunitaria, club del trueque, autoconstrucción de viviendas, microcréditos para construcción y créditos para emprendimientos productivos. Algunas de estas iniciativas, tiempo después se consolidarían como organizaciones con su propia impronta como Alternativa 3 y Plan Techos, y permanecerían como proyectos propios dentro del marco de EnAcción. 

La potencia del trabajo que se venía realizando hace varios años, se cristalizó en un reconocimiento jurídico en el año 2003, y se inició así un proceso progresivo de consolidación institucional, con algunos saltos cualitativos: se contrató un equipo rentado, se estructuraron mejor los espacios, y se fortaleció el equipo  como un andamiaje que pueda sostener a los voluntarios. 

Se trató de un período de reflexión y consolidación de la misión y de condensación y fortalecimiento del aprendizaje. Fue así que, recogiendo los frutos del camino, se propuso impulsar y gestionar proyectos que contribuyeran a la formación integral de las personas, para que fueran ellas mismas quienes transformen su realidad. Esto se estableció como nuestro accionar permanente y horizonte. 

En simultáneo con este proceso, se multiplicaron las sedes donde se sostuvieron diversas actividades: el Estudio Cataplán, la Parroquia San Pablo, El Roble, casa de encuentro, la Capilla del Pilar, y el predio cultural y deportivo El Campito, ubicados en Los Polvorines, provincia de Buenos Aires.

El año 2013 se atravesó un proceso de nueva configuración de la Fundación, a partir de un núcleo institucional integrado al servicio del sostenimiento y desarrollo de los programas, como así también del intercambio de aprendizajes entre programas y proyectos con la constitución de ejes de trabajo: artístico-cultural, formativo, educativo y recreativo-deportivo. Además, se inició el proyecto “Artistas x los Barrios”, que ya había dado sus primeros pasos a fines de 2012, en la Ciudad de Buenos Aires, y que luego se incorporaría al programa EnAcción.

En ese tiempo, se cumplían 15 años de EnAcción, lo que potenciaba la reflexión y la crítica sobre la propia práctica, la búsqueda de sistematización de aprendizajes, la madurez en la conciencia, la necesidad de mayores niveles de articulación. Ya desde el inicio, el desarrollo exponencial de EnAcción, la intervención territorial y el gran caudal de voluntarios lo convirtió en el centro del quehacer diario de la Fundación.

Durante los años siguientes se avanzó en el fortalecimiento institucional a partir de la consolidación de roles y la ampliación del equipo mediante la incorporación de grupos de vecinos y vecinas. La generación de más y nuevos proyectos fue de la mano de un importante proceso de autoreflexión y confirmación del objetivo de transformación social y acompañamiento de la comunidad. De esta manera llegaron los 20 años de la organización EnAcción y con ellos la confirmación de líneas de trabajo que apuesten al compromiso, la reciprocidad y la afectividad, para la construcción de vínculos sociales respetuosos, responsables y sólidos.

Desde este camino y los espacios que se construyeron a lo largo de los años, la Fundación Actuar Hoy articula con otros programas y proyectos de gestión asociada a través de los que busca transformar realidades en coparticipación con la comunidad y las organizaciones de la región.